La comida trampa

Hay un punto en la vida de mucha gente en el que se plantea bajar de peso, ponerse a dieta, llevar una alimentación equilibrada, hacer ejercicio; en definitiva, llevar una vida sana después de innumerables excesos. En ese momento, empezamos a prohibirnos cosas: nada de pan en las comidas, evita el azúcar, no tomes refrescos azucarados, olvídate de los fritos... Intentamos comer lo más limpio posible, pero no siempre es algo fácil de llevar y psicológicamente lo notamos, sentimos ansiedad y volvemos a caer en la espiral de la que queríamos salir.

Cuando llevamos una dieta estricta, ya sea hipocalórica, basada en proteínas, restrictiva con grasas o carbohidratos, corremos el riesgo de, aparte de la mencionada ansiedad, ralentizar nuestro metabolismo porque se ponga en el llamado modo de supervivencia. Verdad o mito, más acusado en unos casos que en otros, lo cierto es que el mundo del fitness ha inventado el concepto de comida trampa. Esta comida consiste en comer absolutamente lo que quieras, olvidándote de dietas y macronutrientes. Parece una tontería, pero reporta bastantes beneficios:

  • Aumento de la T3 y T4, hormonas tiroideas que regulan el metabolismo.
  • Aumento de la leptina, hormona que nos hace sentirnos más saciados.
  • Mejora de la metabolización de los hidratos de carbono.
  • Tiene un efecto de liberación mental respecto de la dieta.

Cómo y cuándo hacer una comida trampa

La comida trampa suele ser el momento ideal para ingerir aquellos caprichos de los que nos hemos ido privando a lo largo de la semana. Es la ocasión ideal para comernos una pizza, una hamburguesa, ese pastel con tan buena pinta que hay en la pastelería de la esquina o el helado que nos llamaba el otro día en el supermercado. Pero no tiene porqué constar solo de comida basura. Habrá quien no quiera tomar algo así. En ese caso, es aconsejable un aumento considerable de los hidratos de carbono en esa comida para favorecer al organismo, como hemos dicho anteriormente. 

En muchos sitios podéis leer que la mejor opción es hacer la comida trampa un día de entrenamiento. El impacto calórico será menor que en un día de descanso. El cuerpo metabolizará mejor todo lo que ingieras y no tendrá casi ningún efecto nocivo. En cuanto al momento más adecuado, depende de cada persona, pero se siente una liberación mayor a la hora de cenar, ya que nos iremos a la cama con la sensación de no estar a dieta y recargaremos las pilas para comer nuevo sano al día con todo el ánimo posible para seguir con nuestro objetivoSi hablamos de frecuencia, dependerá del tipo de dieta en la que estemos inmersos. Se recomienda hacer una comida trampa una vez por semana o cada quince días, dependiendo, como digo, de los objetivos de cada uno.

El problema del día trampa

No sería la primera vez que oímos decir a alguien aquello de "hago dieta de lunes a viernes y no bajo de peso". ¿Qué es lo que pasa cuando hacemos más de una comida trampa? Cuando nos planteamos el fin de semana como el acontecimiento semanal que nos permite liberarnos de las tensiones diarias del trabajo, la dieta, el ejercicio y demás, caemos en la falsa creencia de estar haciendo dieta siempre. Hacer dieta estricta de lunes a viernes y comer como locos el fin de semana solo nos provocará una frustración tan grande como para que abandonemos nuestros objetivos.

Un fin de semana de comidas trampa puede ser catastrófico para nuestro cuerpo y nuestra motivación. El déficit que hemos acumulado a lo largo de la semana (que depende del ejercicio y la dieta) lo liquidamos con las comidas del fin de semana, que pueden ser muchas si tenemos en cuenta las que hacemos normalmente (por hacer un cálculo, con tan solo las tres comidas grandes del día, son seis comidas que pueden llegar, dependiendo de lo que se coma, a un superávit capaz de hacernos engordar). Es lógico, por tanto, que esa persona que está a dieta de lunes a viernes y se pasa tres pueblos los fines de semana acabe estancándose o, incluso, engordando.

Resumiendo, la comida trampa es UNA COMIDA SEMANAL O QUINCENAL que es recomendable hacer para que el metabolismo no se ralentice y cojamos fuerzas para seguir con nuestro objetivo.


Autor del artículo Jennifer Moreno

Proyecto de filóloga hispánica, intento de escritora y deportista amateur. www.valkyria.es